Siempre nos ha encantado el café de Colombia. Y el momento en que somos más conscientes de ello es cuando viajamos a los cafetales. Conduciendo por los caminos de tierra traicioneros con paredes de montaña escarpada a un lado, y nada más que aire en el otro. Para nosotros, el cuerpo redondo, el sabor jugoso y el acabado característico de frutos secos de este café 100% de Colombia hacen que el viaje siempre valga la pena.